11 ago 2016

NARRATIVA


CUANDO ABRIÓ LOS OJOS

*Jeremías Ramírez Vasillas

Rolando tenía una vida muy peculiar: cada que despertaba lo hacía en una recámara y en una cama distintas; y a su lado, una mujer diferente. No se explicaba cómo y por qué le sucedía esto y por qué había empezado, pero así era. Al principio no le gustó: estaba profundamente enamorado de una morena hermosa con quien hizo el amor hasta la noche de bodas. Esa noche durmió feliz abrazando a su morena. Cómo sería en 40 años, se preguntó en la duermevela. Ah, qué me importa, seguramente siempre será la mujer de mis sueños y de mis despertares.  
            Pero cuando despertó estaba en una habitación desconocida, en una cama distinta  y, oh, decepción, con otra mujer que, aunque hermosa y morena, no era la suya.  La nueva mujer juraba que sí, que ella era su mujer, y que el día anterior se habían casado. Le mostró fotos y el acta matrimonial. No fue suficiente para que él lo aceptara. Y pasó todo el día tratando de entender lo que estaba sucediendo. ¿Era un sueño, una alucinación? ¿Algo le habían puesto a su bebida? ¿Habría sufrido un accidente que ya no recordaba? La mujer no dejaba de acariciarlo, de besarlo. Cuando llegó la noche, aún desconcertado, él se negó a hacer el amor con la mujer. Ella lloró un rato, luego se durmió.
            Al despertar, al tercer día, estaba en otra cama y con otra mujer. Y el fenómeno se repitió una y otra vez a través de los años. No todas eran hermosas y espléndidas. A veces le tocaban gordas, gordísimas, o flacas como yeguas hambrientas, o viejas o frígidas como un trozo de carne del refrigerador. Conoció una gran variedad de camas que a veces eran simples petates o hamacas. Pero como todo en la vida, poco a poco fue aceptando su nueva realidad. En los periodos en los que la fortuna estaba en su contra simplemente trataba de eludir su compromiso conyugal; pero se desquitaba en aquellos días en que su suerte brillaba como el sol.
            Después de varios años se dio cuenta que se la estaba pasando bien, muy bien. Hubiera deseado que algunas de sus nuevas compañeras permanecieran aunque fuese un día más.
            También se dio cuenta que a pesar de que todo cambiara, él siempre era el mismo, es decir, conservaba su mismo cuerpo, el cual iba envejeciendo poco a poco, pero gracias a su envidiable vida, se conservaba bastante bien. No podía ser de  otra forma: dormía bien, comía bien, y se ejercitaba bien.
            Pero un día, cuando despertó, se encontró que estaba en la misma cama de la noche anterior y oh, con la misma mujer. La observó. No era la hermosa mujer de antier o de anteayer, aunque se notaba que había sido hermosa en su juventud porque aun conservaba un cierto aire interesante y habían hecho el amor de forma que le traía ecos lejanos. Estaba pasada de peso y la aroma de su piel y su aliento era un tanto agrio. Bueno, se dijo, algún día se iba presentar una falla. A la noche siguiente se fue a la cama con la idea de que al amanecer todo iba a seguir como siempre: una nueva cama, una nueva mujer. Sin embargo, cuando despertó, otra vez la misma cama y la misma mujer. ¿Sería que ésta iba a ser la mujer con la que viviría el resto de su vida? No le gustó la idea, pero si eso pudiera suceder al menos debía saber más de esta mujer. Hurgó cuanto cajón y gaveta encontró. Un viejo álbum de fotografías le descubrió lo que ya había olvidado. Esa mujer con la que ya había amanecido tres veces, era aquella hermosa morena con la que se había casado hace ya 40 años. Se sorprendió que no la hubiera reconocido si por años la extrañó en ese tour de mujeres y camas. En ese momento ella entró a la recámara a dejar la ropa que había lavado. La observó: ahora le parecía más morena, casi prieta, y no sólo se había puesto obesa sino además gritona. Ni la sombra de aquella hermosa morena de voz suave con la que se había casado. Deseó que sólo fuera un sueño. Se fue a la cama temprano. Cerró los ojos. Mañana, se dijo, todo estará en orden, y repitió este deseo una y otra vez hasta que se quedó dormido.
            Cuando abrió los ojos, allí estaba ella otra vez, inclinada, frente al tocador, mostrándole su enorme y fofo trasero.


*JEREMÍAS RAMIREZ VASILLAS. Nació en la ciudad de México en 1953.  Estudió la licenciatura en Ciencias de la Comunicación en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, de la UNAM (1985). Ha participado en los talleres literarios de narrativa con Bernardo Ruiz (1981), en la Casa del Lago de la UNAM, de cuento con Guillermo Samperio en la Casa de la Cultura de Celaya (1998-2000); y en el Centro de las Artes de Guanajuato en Salamanca, de poesía con Ricardo Yánez (2008) y Sergio Mondragón (2009); de narrativa con Alberto Chimal (2009); de poesía visual con Rocío Cerón (2009); y Dramaturgia con Ricardo Pérez Quit (2010).
Ha escrito diversos artículos sobre cine y literatura en los diarios AM de Celaya y El Nacional de Guanajuato, en los semanarios Perfil (de Celaya) y Miércoles en Celaya, y en las revistas Chopper de Guanajuato, Observador Internacional, de la ciudad de México, Diturna de Michoacán  y en las revistas electrónicas Barsa.com de Editorial Planeta e Historia On Line, de España, y Justa, de editorial Jus, de México.
Ha publicado los libros: Comunicación educativa. La educación desde el punto de vista de las teorías de la comunicación, Universidad de Guanajuato. 2001; Antología de cuento brevísimo, Casa del Diezmo, 2002; Arañas en el silencio: minificción, Ediciones La Rana, 2011; y La rebelión de la memoria, Editorial Cuatro Gatos, 2013 y El guerrero, la doncella y otras estatuas (Cuento), Ediciones La Rana, 2014.
Ha publicado algunos relatos y cuentos en los libros antológicos: Memoria de Adultos mayores (Universidad Iberoamericana, 2010), Minibichiario, el libro de los seres no imaginarios (Ficticia, 2011), Historia de las historias, (ediciones del Ermitaño, 2011); Poquito porque está bendito, antología de microcuentos y cuentos breves (Universidad Iberoamericana, 2013),  Alebrijes de palabras, escritores mexicanos en breve, (Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, 2013), Minificcionistas del cuento, revista de imaginación (Ficticia, 2014) y poemas: Atlixco, la palabra escrita en el agua (SOAPAMA, 2011). Ha publicado cuentos en la revista Ficcionalia, cuentos en los números 1, 2 y 3.
Ha obtenido los siguientes reconocimientos literarios: ganador del concurso de cuento brevísimo del No. 134 de la revista El Cuento, de Edmundo Valadez; premio de minificción de junio de 2009, de la página de internet Las historias de Alberto Chimal; finalista del certamen internacional Caza de Letras de 2010, convocado por la UNAM; becario en narrativa del instituto Estatal de la Cultura del estado de Guanajuato 2012 y ganador del XXII Premio Nacional de Cuento “Efrén Hernández” 2013, del instituto Estatal de la Cultura del estado de Guanajuato.
Ha escrito crítico de cine para la revista Chopper del Guanajuato (2001 al 2005 y del 2010 al 2012) y ha colaborado en como crítico en Radio Tecnológico de Celaya con el programa Butacas y Palomitas (1986-1988) y en los periódicos AM de Celaya (1991-1993) y para El Nacional de Guanajuato con la columna “Permanencia involuntaria” (1988).
En cine, obtuvo la beca para escritura de guión del largometraje La sonrisa de Adolfo (IMCINE, 2005) y ha dirigido 6 cortometrajes: Radio Búho (2004), Parada: paraíso (2004), Mina (2006), Sintonía 1700 (2007), La princesa del pacífico (2011) y Sirenas en la noche (2014), que este año empieza su recorrido por festivales nacionales e internacionales.
De estos, Radio Búho fue galardonado como Mejor Corto Mexicano en el Festival Internacional de Cine “Voladero”, 2004, y seleccionado en el festival de Cine Calle 13 de Madrid, España. Parada Paraíso, fue el cortometraje ganador del 2º Rally Malayerba, dentro del Festival Internacional de Cine “Expresión en Corto”, 2004, en Guanajuato. Mina fue seleccionado en el Festivales Internacionales de Cine de Guanajuato, Morelia y Tijuana en el 2006 y ese mismo año participó en el Festival “Calle 13” de Madrid.
Ha participado en la realización de diversos videos documentales y promocionales tanto del sector industrial como para instituciones educativas y gubernamentales como GM Silao, Calzado Flexi, Quicemex, Calzado Vave, CONCyTEG, Fundación Guanajuato Produce, INIFAP, Conservatorio de Música de Celaya, ECBE (Escuela de Capacitación de Brigadas de Emergencia), Bachoco, División de Ciencias de la Vida de la Universidad de Guanajuato, Instituto Queretano de la Mujer, entre otros.
Trabaja actualmente como catedrático en la Universidad de Guanajuato, Campus Celaya-Salvatierra, en la División de Ciencias Sociales y Administrativas impartiendo las materias de Publicidad y Comunicación para la mercadotecnia. Y allí mismo coordina el Laboratorio de Medios.

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